Diles quién eres
Diles quién eres, me dijeron
No entiendo, respondí
Sí, ¿quién eres?, ¿cómo te llamas?, ¿cuántos años tienes?, ¿qué estudiaste?, ¿en qué trabajas?
¿Quién eres?
Me llamo Tamara, respondí
Y soy…
Soy todas las olas que han acariciado mi cuerpo, y soy también las que me han revolcado.
Soy un amanecer que envuelve los amaneceres de todos los tiempos y es, sin embargo, único.
Soy tu mirada cuando se refleja en la mía.
Soy una tarde desnuda en el mar, desnuda yo y desnuda la tarde
Soy risa fácil y llanto profundo, muchas veces al mismo tiempo
Soy un ser feliz en un mundo que puede no serlo, y soy, a veces, pocas veces, muy infeliz
Soy todas las letras que he devorado, soy Borges y Shakespeare y Cortázar y Cervantes y de la A a la Z todas las palabras que circulan en mis venas
Soy todas las letras que he escrito, las cartas de amor y las de zozobra, el poema que se quedó guardado y los que alguien leyó e hizo suyo
Soy libertad y me entrego cuando sé que quién la recibe la atesora como suya y entonces, solo entonces, se convierte en libertad compartida
Soy cada jacaranda que nace en marzo y cada flor que al caer hace más violeta la existencia
Soy una niña asustada, soy un adulto asustado
Soy los cuentos que les conté a mis hijos antes de dormir
Soy un cuerpo que envejece y la piel que se eriza con las manos correctas, y la boca que tiembla con un beso, y el vientre que ansía.
Soy la que llora en las películas y la que se ríe con las amigas y la que abraza a los amigos entregándose toda, porque no me gustan las cosas a medias, ni la hipocresía, ni las máscaras.
Soy la que no tolera la violencia, no entiende con gritos, no aguanta los estruendos,
Soy contradicciones y dudas y a veces soy la incongruencia que provoca querer ser congruente
Soy miedo. A veces miedo que paraliza y otras que tan sólo pide una mano que acompañe
Soy desbocada, desbordada, intensa y vehemente
Soy una postura de yoga cuando me convierto en ella
Soy todas mis amigas, soy todos mis amores, soy cada uno de mis perros y algún gato y Sócrates, mi cotorro.
Soy quienes me han habitado, soy sus mundos y sus sueños cuando alguna vez los hice míos y entonces fuimos.
Soy cada ciudad, cada pueblo, cada mercado y cada bocado que he descubierto en el viaje de la vida
Soy cada orgasmo y cada asombro, cada beso y cada abrazo
Soy los parasiempres que no son y alguno que quizás sea.
Soy todos los precipicios que me han hecho volar y alguno que estrelló mi osadía entre sus rocas y que, sin embargo, me permite seguir siendo
Soy ésta y soy quizás otra, seguramente muchas otras…