top of page

LUNA LLENA DE MÚSICA

Me acuerdo de la primera vez que probé una paleta de grosella. Me la compró mi abuelo. Recuerdo haber pensado, nada en el mundo puede ser tan delicioso.

Hay primeras veces, momentos, sensaciones que explotan en nosotros y nos astillan para siempre. Unas son increíbles, otras terribles.Recuerdo aquella vez que pasó por mí un hombre con olor a Azzaro... me enamoré en ese instante. Hoy ya no existe esa loción o tal vez ya no existe esa niña de 16 años que pensó que eso que estaba sintiendo entre las extrañas y las piernas, era amor.

Recuerdo la primera lengua que se atrevió a cruzar mis besos de piquito, y el exacto segundo en el que supe que ya jamás querría besar con labios apretados.

Mi primer muerto fue también mi abuelo. El de la paleta de grosella y de tantas otras cosas que me hacen ser quien soy.

El momento en el que el doctor dijo, Lo perdimos, y perdí ahí un poco de mi fe en Dios con quién había hablado seriamente unas horas antes, negociando que mi viejo llegara al menos a mi boda.

El primer orgasmo robado a la cordura.cuando supe que puedo volar, aquella mañana en la que namasté se volvió tan real. La primera vez que oí como se rompía mi corazón. Lo escuché antes de sentirlo y, algunas noches, el crujido me despierta con una arcada de miedo.

Y es que transitamos entre instantes, miradas, y la ilusión de algún momento que pueda convertirse en música. Nace, cada día, la primera nota de una sinfonía... una que puede ser fascinante o ser un réquiem.

No por ello menos hermoso.


Recent Posts
Search By Tags
No hay tags aún.
Follow Us
  • Facebook Classic
  • Twitter Classic
  • Google Classic
bottom of page