LUNAS MÁS LLENAS
Hay lunas llenas más llenas que otras. Quizás a simple vista se ve lo mismo, una enorme esfera iluminada por un Sol que discreto lanza sus rayos al astro para que brille y se luzca.
Pero es que a simple vista las cosas, generalmente son así… simples. Y no es que lo escueto sea malo, al contrario, que delicioso es estar sumergidos en la simpleza de la vida, sin hacer demasiado esfuerzo, sin aspavientos ni dramas… transitar flotando por los días y sus noches… No pensar demasiado, no pedir demasiado, no desear profundo…
Y, sin embargo, hay quienes no podemos dejarlo ahí… nuestras lunas llenas, a veces, se llenan de más, tanto que parecen explotar, y no podemos seguir flotando, no podemos dejar en caricia lo que puede ser abrazo, no podemos dejar en beso lo que queremos convertir en orgasmo.
Entonces los riachuelos estrechos y lánguidos se abren a mares enormes, a océanos turbulentos, se expanden ante nuestros deseos, y nos lanzamos a ellos con los ojos abiertos, con la misma mirada profunda y entregada con la que hacemos el amor. Porque no podemos quedarnos con una luna llena a medias, ni en un camino que nos resulta escaso.
Algunos nos dicen locos, los locos que transitamos el mundo bailando en las calles, con la lluvia en el cuerpo, desnudos en el mar, a veces haciendo berrinches, perdiendo la noción del tiempo, porque cuando estamos ahí no estamos en ningún otro lugar.
No es raro que estos seres que compartimos lo que otros llaman locura nos veamos envueltos en torbellinos y maremotos… no es raro porque nos lanzamos con confianza a los olas turbulentas que en ocasiones se vuelven entusiasmo y en otras tsunami. A veces nos deja sin respiración la intensidad de la certeza, otras nos ahoga la decepción de la realidad, esa que simple y llanamente no logra ser lo que pretendía.
Y, no importa, porque pasa el instante en el que nos vimos revolcados, ese instante en el que al abrir los ojos sólo podemos ver arena y agua turbia… pasa pronto, y ante nuestra mirada agradecida se vislumbran todas las nuevas posibilidades de un sendero tanto más luminoso, tanto más real, porque esta vez sabemos distinguir mejor… esta vez la luna más llena que nunca ilumina el rumbo de nuestras ilusiones y las hace casi palpables, casi, tangibles…casi…
